Dolor lumbar: un problema común, pero poco claro

La mayoría de las personas sufrirán de dolor en la parte baja de la espalda (conocido como lumbago) en algún momento de sus vidas. Es importante aclarar que el término “dolor lumbar” o “lumbago” funciona como un paraguas bajo el cual se pueden existir distintas patologías y no necesariamente una sóla entidad. Pese a ser un problema común, el dolor de espalda en general sigue siendo una especie de “rompecabezas” médico. Con frecuencia los médicos no pueden identificar una causa exacta para esta dolencia, incluso después de estudiar los casos con exámenes sofisticados. Esto se traduce en que varios pacientes consultan a un profesional tras otro, encontrándose con diversas opiniones.

Las incógnitas en relación al dolor lumbar probablemente tienen relación con que se trata de un problema multifactorial. En él confluyen factores de riesgo (modificables y no modificables), así como problemas en diferentes estructuras anatómicas como los músculos, la fascia (membrana que cubre los músculos), ligamentos, articulaciones y discos. A ellos se suman fenómenos como la sensibilización al dolor por parte del sistema nervioso, la experiencia emocional que implica este cuadro – modulada a su vez por otras emociones – y factores genéticos, entre otros. Para complicar más las cosas, el entendimiento de cómo, cuándo y cuánto influyen cada uno de estos elementos, así como las interacciones entre ellos, es incompleto y motivo de estudio permanente. Así, la dificultad para identificar él o los generadores del dolor resulta en que la gran mayoría de los lumbagos sean clasificados como “inespecíficos” o “mecánicos”, ambos términos ambiguos y en permanente evolución.

El dolor de espalda puede manifestarse de distintas formas. El dolor agudo aparece repentinamente pero generalmente mejora en cuestión de semanas. En algunos casos el dolor puede prolongarse sin mejorar, o incluso empeorar, y cuando pasa de los tres meses se considera crónico. Algunos estudios han evidenciado que aproximadamente el 60% de las personas que presentan dolor lumbar “mecánico” siguen teniendo recurrencias (nuevos episodios de dolor) después de un año.

Cuando aparece el dolor de espalda, es mejor comenzar con tratamientos conservadores, a menos que se presenten ciertos síntomas considerados como «banderas rojas» en cuyo caso es mejor partir por consultar a un médico (revisar documentos en relación a las banderas rojas). Una mentalidad positiva se asocia a menores niveles de dolor, menos discapacidad y búsqueda de atención médica. Una vez que se descartan las banderas rojas (y patología grave), para recuperar la capacidad de levantarse y ponerse en marcha, debe precisamente moverse/mantenerse físicamente activo. Esto dentro de lo razonable, evitándo el reposo en cama.